Alguien me pregunto si yo quería vivir esos momentos o si estaba preparada para ellos.
Y no puedo pasar pagina, porque todos los días se presentan en mi casa y se quedan noche y día.
No saben guardar silencio y por muy alta que este la música, los gritos se siguen escuchando.
No puedo echarlos de mi vida, porque son mi vida.
Seguiré camuflando las lágrimas lo mejor que pueda y seguiré intentando verlo normal.
Nadie me pregunto si podía seguir luchando.
Porque detrás de una sonrisa se esconden millones de sentimientos que no tienen descripción.
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