domingo, 1 de enero de 2012

El principio de algo nuevo.

Con los pies reventados, con tacones, vestidos cortos, sentadas en el bordillo de una cera y con una copa en la mano nos despedimos del año. Con ganas de comernos el mundo, de ligar, de beber y emborracharnos para olvidarnos de todo, de bailar y sentir como nuestro maquillaje se va. Dejando la marca de pintalabios rojo en un vaso, teniendo la esperanza de que su mirada se cruce con la mía. Entre fotos, risas, alcohol y humo se iba un año para no volver jamas. Acompañada de amigas, de conocidos, de amigos de conocidos.
Y a cada sorbo que le daba a la copa me decía que 2012 iba a ser diferente y lo tiene que ser.
He esperado demasiado, ahora si es el momento.

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